LA CARBONARA IBÉRICA
La primera vez que vi esta receta en un libro de Jamie Oliver, ya nombrado en varias ocasiones en este blog, me atrajo la foto que aparece como presentación del plato. Sólo de verla ya me entró hambre, curiosidad e interés por hacerla en casa.
Casualmente me vi con unas salchichas frescas y un trozo de panceta ibérica, ambas caseras y de muchísima calidad, y aposté por esta receta que está realizada con una carbonara auténtica y original y con la última porción que me quedaba de queso de oveja de Cádiz.
El término carbonara, como otros muchos en esta materia, no tiene definido claramente su origen. Encontraréis información del mismo en libros, Internet, etc. pero lo que sí parece más claro es que originalmente únicamente se preparaba con huevo, pimienta negra, tocino y aceite de oliva o mantequilla. El uso del queso Pecorino Romano o Parmesano parece ser una variante que se introdujo con el paso del tiempo.
De cualquier forma, la receta que hoy presento es muy sabrosa y adaptada a todos los públicos. Muy nutritiva, con mucha proteína e hidratos que nos hará sentirnos llenos de energía.
Espero que por la panceta y las salchichas no os echéis atrás. Pues digo yo: un pequeño exceso de vez en cuando no hace mal a nadie ¿no?
Ingredientes para 4 personas
- 250gr. salchichas frescas
- 100gr. de panceta ibérica
- 4 raciones de Pasta larga fresca o deshidratada
- 4 yemas de huevos
- Piel de un limón
- 2 ramitas de perejil
- 100gr. de queso de oveja, Parmesano o Pecorino
- Aceite de oliva virgen, pimienta negra y sal
Elaboración
El primer paso consiste en formar las albóndigas de un tamaño pequeño, sacando la carne de las salchichas a la que daremos esta forma, una vez les quitemos la tripa con ayuda de un cuchillo o tijeras.
Cortamos la panceta ibérica en tiras y reservamos.
Calentamos un poco de aceite en una sartén y salteamos las albóndigas hasta que estén bien doradas. Acto seguido añadimos la panceta, previamente cortada en tiras; retiramos cuando la tengamos a punto.
Una vez hayamos terminado reservamos aparte.
Ahora tenemos que coger un bol en el que introduciremos las yemas, un chorrito de nata (opcional), la mitad del queso rallado, la piel del limón rallada y el perejil bien picado. No olvidéis echar una pizca de sal.
Batimos bien todos los ingredientes y dejamos unos minutos.
Para degustar la pasta al dente ya sabéis que hay que coordinar su cocción con la preparación de la salsa o condimento.
Si vais a utilizar pasta fresca, seguid las instrucciones del propio paquete. Si no, podéis consultar mis consejos para cocer pasta deshidratada donde también podréis ver qué cantidades suelo utilizar.
Una vez tengamos la pasta lista, escurrimos y la devolvemos a la cazuela. Reservad un poco de agua de la cocción (un vaso).
Inmediatamente añadimos nuestra salsa carbonara, las albóndigas y la panceta. Removemos muy bien todos los ingredientes, viendo como la salsa toma una textura suave y sedosa (el huevo se cocerá ligeramente sin llegar a cuajarse). Si veis que la mezcla queda apelmazada, añadid un poquito del agua reservada.
Por último, servimos y terminamos por añadir la pimienta negra recién molida y el queso rallado restante.
¡Hay que comerlo de inmediato!
- 4 raciones de Pasta larga fresca o deshidratada
- 4 yemas de huevos
- Piel de un limón
- 2 ramitas de perejil
- 100gr. de queso de oveja, Parmesano o Pecorino
- Aceite de oliva virgen, pimienta negra y sal
Elaboración
El primer paso consiste en formar las albóndigas de un tamaño pequeño, sacando la carne de las salchichas a la que daremos esta forma, una vez les quitemos la tripa con ayuda de un cuchillo o tijeras.
Cortamos la panceta ibérica en tiras y reservamos.
Calentamos un poco de aceite en una sartén y salteamos las albóndigas hasta que estén bien doradas. Acto seguido añadimos la panceta, previamente cortada en tiras; retiramos cuando la tengamos a punto.
Una vez hayamos terminado reservamos aparte.
Ahora tenemos que coger un bol en el que introduciremos las yemas, un chorrito de nata (opcional), la mitad del queso rallado, la piel del limón rallada y el perejil bien picado. No olvidéis echar una pizca de sal.
Batimos bien todos los ingredientes y dejamos unos minutos.
Para degustar la pasta al dente ya sabéis que hay que coordinar su cocción con la preparación de la salsa o condimento.
Si vais a utilizar pasta fresca, seguid las instrucciones del propio paquete. Si no, podéis consultar mis consejos para cocer pasta deshidratada donde también podréis ver qué cantidades suelo utilizar.
Una vez tengamos la pasta lista, escurrimos y la devolvemos a la cazuela. Reservad un poco de agua de la cocción (un vaso).
Inmediatamente añadimos nuestra salsa carbonara, las albóndigas y la panceta. Removemos muy bien todos los ingredientes, viendo como la salsa toma una textura suave y sedosa (el huevo se cocerá ligeramente sin llegar a cuajarse). Si veis que la mezcla queda apelmazada, añadid un poquito del agua reservada.
Por último, servimos y terminamos por añadir la pimienta negra recién molida y el queso rallado restante.
¡Hay que comerlo de inmediato!